Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia: los datos que confirman la brecha de género

Continúa la brecha de género en el mundo de la ciencia.

Desde el inicio de la historia, las mujeres han formado parte de la ciencia y la tecnología y su contribución ha sido clave para el progreso de estas disciplinas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, sus logros y descubrimientos han sido sistemáticamente ignorados y ellas rara vez han recibido el reconocimiento que merecían.

Más allá de las pocas científicas que han sido galardonadas con premios Nobel o que se han incluido en los libros de texto, como Marie Curie o Rosalind Franklin, existen decenas de físicas, químicas, matemáticas, biólogas e informáticas que han caído en el olvido. A día de hoy, las carreras científicas siguen estando protagonizadas por los hombres y la brecha de genero presente en este ámbito se mantiene

Valorando esta realidad, en diciembre de 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 11 de febrero como Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia con la intención de reivindicar el papel de la mujer en la historia de la ciencia y concienciar sobre la falta de paridad en las carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por sus siglas en inglés). Pero ¿qué factores determinan que exista esta brecha de género? ¿A qué dificultades deben enfrentarse las mujeres que eligen una carrera científica? 

Estereotipos de género y falta de referentes 

La brecha de género no empieza en la carrera o en las primeras oportunidades laborales, empieza en la infancia. Desde pequeños, los niños y las niñas se ven expuestos a una serie de estereotipos y prejuicios ligados a los roles de género que condicionan su desarrollo y su comportamiento. Según un estudio publicado en la revista Science, a los seis años las niñas ya se creen menos brillantes que sus compañeros y evitan participar en juegos presentados como actividades “para personas muy listas”.

“A menudo se cría a las niñas con la idea de que las disciplinas STEM son temas masculinos y que las aptitudes femeninas en estos campos son innatamente inferiores a las de los varones”, advierten en el informe Descifrar el código: la educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) elaborado por la UNESCO en 2017.

A causa de esto, muchas niñas deciden no cursar asignaturas STEM cuando llegan a la secundaria, pese a tener calificaciones iguales o superiores a las de sus compañeros. 

Por otro lado, durante estos primeros años de formación, hay una alarmante falta de referentes femeninos. El mayor estudio sobre presencia de mujeres en los materiales educativos, elaborado por Ana López-Navajas, revela que actualmente hay una media de 7,5% apariciones de mujeres en todas las asignaturas de la educación obligatoria. El no tener químicas, físicas, informáticas o tecnólogas en las que inspirarse y con las que identificarse hace que muchas niñas no se visualicen a sí mismas en esos roles y que no proyecten su futuro ligado al ámbito científico. 

Bajos porcentajes de mujeres en carreras STEM

En España, solo el 30% de mujeres decide matricularse en carreras STEM, tal y como refleja el estudio To be smart, the digital revolution will need to be inclusive elaborado por la UNESCO en 2021. En la Unión Europea, el porcentaje es apenas un poco mayor, situándose en el 34%.

Del 30% total de las matriculadas, el 3% se decanta por las tecnologías de la información y la comunicación, el 5% por las ciencias naturales, el 8% por la ingeniería y la construcción y el 15% por la salud y el bienestar. Por lo tanto, el mayor porcentaje de mujeres que se matricula en carreras STEM elige aquellas que están directamente relacionadas con el cuidado, como la enfermería (donde las mujeres representan el 81,7%), la biomedicina (75%), la medicina (68,7%) o la biotecnología (61,7%).

A lo largo de la carrera, la tasa de abandono de las mujeres que cursan estudios STEM es mucho mayor a la de sus compañeros, tal y como señala el ya citado estudio de la UNESCO. En la transición al mundo laboral o durante la etapa profesional, otro alto porcentaje de mujeres acaban dejando estas carreras.

 

Fuente: Aitana Palomar en NationalGeographic.com