Día Mundial: «Los humedales son vitales para la supervivencia humana»

 

Rafael Amador (*)

Las Charcas de San Lorenzo, humedal en Las Palmas de Gran Canaria. / Rafael Amador

 

El Día Mundial de los Humedales, que se celebra el 2 de febrero, conmemora la fecha en que se firmó el Convenio de Ramsar (1971), que protege a los humedales de importancia internacional. Este año cumple 50 años desde su firma. Hoy en día en España ya existen 75 humedales Ramsar, que suman en total más de 300.000 hectáreas, lo que la convierte en el tercer país del mundo en número de humedales acogidos a este convenio (tan sólo por detrás del Reino Unido (169) y México (141).

Su principal objetivo es la conservación y el uso racional de los humedales. Los países firmantes, entre los que se incluye España, están obligados a identificar y a proteger los humedales según varios criterios, especialmente su importancia para las aves acuáticas, además de velar por la protección y uso sostenible de todos los humedales de su territorio.

Algunos ejemplos de humedales son: pantanos, marismas, lagos, ríos, pastizales húmedos y turberas, oasis, estuarios, deltas, bajos de marea, zonas marinas próximas a las costas, manglares, arrecifes de coral, así como sitios artificiales como estanques piscícolas, arrozales, embalses de riego como las Charcas de San Lorenzo (Gran Canaria), salinas, etc.

Por nombrar algunos incluidos en este convenio: Doñana y Marismas del Odiel (Andalucía), Las Tablas de Daimiel (Castilla y La Mancha), La Albufera de Valencia, Delta del Ebro en Tarragona, Mar Menor y en Canarias… El Saladar de Jandía, en la isla de Fuerteventura (incluido en 2002) …

¿Por qué son importantes los humedales?

Los humedales son vitales para la supervivencia humana. Se trata de uno de los entornos más productivos del mundo, alojan una importantísima diversidad biológica, y proporcionan el agua y los recursos de las que dependen innumerables especies de plantas y animales para sobrevivir y prosperar. Entre ellas, el ser humano. Además, nos ayudan a prevenir y adaptarnos al inevitable cambio climático.

Su papel es clave en la reducción de desastres naturales. La frecuencia de estos desastres se ha más que duplicado en sólo 35 años: inundaciones, ciclones tropicales, sequías…. ONU-Agua calcula que el 90% de todos los peligros naturales están relacionados con el agua y el Grupo Internacional de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) prevé que en el futuro habrá incluso más fenómenos extremos.

En el litoral los humedales actúan como una barrera protectora natural. En 2012, por ejemplo, contribuyeron a evitar daños por el huracán Sandy cuyo valor habría superado los 625 millones de dólares en EEUU.

En el interior los humedales funcionan como esponjas naturales, absorbiendo y almacenando el exceso de agua procedente de las precipitaciones y reduciendo así posibles inundaciones. Durante la estación seca liberan el agua almacenada, retrasando el inicio de las sequías y reduciendo la escasez de agua.

No sólo son hogar de infinidad de especies, también son el lugar y el medio de vida de más de mil millones de familias, especialmente en Asia, África y América. Además, más de 660 millones de personas dependen de la pesca y acuicultura que se producen en los humedales.

Los humedales inciden en la prevención de inundaciones, el cambio climático, la protección de la costa, la biodiversidad, el almacén de agua para el futuro, la depuración de aguas, la fuente de alimentos, el depósito de sedimentos y nutrientes, y el turismo (ornitológico, submarinismo, pesca deportiva, navegación, fotografía…).

Humedales en peligro

Según los estudios científicos, el 64% de los humedales han desaparecido del planeta desde 1900. La cifra sube al 87% si la pérdida se calcula desde 1700. En España, el 80% de los hábitats de agua dulce están en un estado de conservación desfavorable. Y puede ser mucho peor. El clima de la Tierra está cambiando, fenómenos extremos como inundaciones o sequías serán cada vez más habituales así que los humedales en buen estado pueden ayudarnos ante los efectos del cambio climático.

 

(*) Rafael Amador es coordinador del Grupo Local de Gran Canaria de SEO/BirdLife