Una red de 50 fotómetros instalados en Tejeda ‘radiografiará’ la contaminación lumínica en Gran Canaria

 

La ULPGC y el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), dentro del proyecto europeo EELabs, diseñarán mapas del cielo de la isla, uno de los más degradados por la luz artificial nocturna de Canarias 

 

Una red de 50 fotómetros que cubrirá una extensión de algo más de 100 kilómetros cuadrados (103,3 km2), toda la superficie del municipio de Tejeda, ‘radiografiará’ la contaminación lumínica del cielo de la isla de Gran Canaria, uno de los más degradados de Canarias por el efecto de la Luz Artificial Nocturna (LAN). Las mediciones que realicen estos dispositivos quedarán recogidas en los mapas de oscuridad nocturna que elaborará el Grupo de Tecnología Médica y Audiovisual (GTMA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), que colabora en el proyecto europeo EELabs liderado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en una actuación destinada a conocer el deterioro de los ecosistemas naturales protegidos del área de la Macaronesia (además de Canarias, Madeira).

Esta red estará provista de al menos dos controladores que se localizarán previsiblemente en los tejados del Ayuntamiento de Tejeda y del Parador Nacional y se han empezado ya a desplegar de manera que el próximo enero de 2021 se disponga de datos ofrecidos por, al menos, una veintena de fotómetros ubicados en las zonas de mayor protección de la Cumbre grancanaria, como el Roque Nublo y el Bentaiga. «Esperamos que a final de año, el 50 por ciento de los laboratorios previstos en Canarias (tres) después del despliegue de las primeras redes de fotómetros comiencen a proporcionarnos datos», señala Miquel Serra-Ricart, astrónomo del IAC y coordinador del proyecto.

 

 

Con un presupuesto de 1,3 millones de euros, el EELabs, se desarrolla a través del programa Interreg MAC y tiene una ejecución prevista desde diciembre de 2019 hasta 2023. La pandemia originada por el Covid-19 ha obligado a un parón de meses por lo que la red no ha podido comenzar a implantarse en Gran Canaria. En La Palma y Tenerife, con redes en el Observatorio del Roque de los Muchachos y el municipio de Güímar, respectivamente, están los sensores instalados ya al 50 por ciento, según Serra-Ricart.

La Ley del Cielo (Ley 31/1988) de Canarias ha protegido en las últimas tres décadas por su dedicación a la observación astronómica a La Palma, en donde se encuentran los mayores telescopios nocturnos (como el Grantecan y el William Herschel), y la vertiente norte de Tenerife, en donde se localiza el Observatorio del Teide, pues las luces emitidas desde esta parte de la costa tinerfeña podrían afectar a la calidad de las observaciones. Las Islas ofrecían entonces un lugar de privilegio para esta actividad científica. Pero el cielo de Gran Canaria, fuera de esa protección, se ha ido deteriorando en estos años hasta ser considerado uno de los más degradados, explica Serra-Ricart. «Hasta que no obtengamos los datos que nos proporcionen los fotómetros de los laboratorios no se puede confirmar el grado de deterioro pero hay zonas más oscuras que Gran Canaria en la Península».

La elección de Tejeda como enclave para instalar este laboratorio responde a su altitud, al ser uno de los municipios más altos de la isla, y que en él se encuentra el Parque Rural del Nublo, el espacio natural más grande de Gran Canaria, con 26.000 hectáreas y reconocido como Reserva de la Biosfera por la Unesco. Pero los 50 fotómetros que se instalarán en este municipio para medir este tipo de contaminación no son los primeros localizados en Gran Canaria. Otro proyecto anterior del IAC, el Stars4All, colocó uno en el Observatorio Astronómico de Temisas (Agüimes); en la sede de la Agrupación Astronómica de Gran Canaria (San Mateo) y en el pueblo de Tejeda. 

Frenar la contaminación

Cuando los laboratorios de EELabs proporcionen su caudal de datos se propondrán medidas para frenar la contaminación frente a nuevas acciones urbanísticas, de un lado y en primer término, y corregir el impacto ya existente. «Corregir lo que se pueda corregir. Y dependerá de las decisiones políticas que se tomen», advierte Miquel Serra-Ricart.

La contaminación lumínica no es un problema exclusivo de la astronomía. La pérdida de la oscuridad por la luz eléctrica tiene un impacto peligroso en los ecosistemas naturales y, a través del proyecto EELabs, no solo va a poder cuantificarse, sino que también se plantean medidas para su solución, según el IAC.

“Los principales objetivos de EELabs son medir la contaminación lumínica de los ecosistemas naturales protegidos de la Macaronesia a través de laboratorios de polución lumínica; crear un mínimo de cuatro experimentos de polución lumínica con el objetivo de averiguar cómo se propaga la luz artificial nocturna e implicar a los más jóvenes en la búsqueda de soluciones a este problema; y ampliar la legislación en los municipios que participarán en el proyecto para proteger los ecosistemas nocturnos”, enumera el coordinador del proyecto.

Contaminación lumínica en Gran Canaria. / Light Pollution Map

EELabs medirá la oscuridad de las noches de, al menos, cinco islas macaronésicas a través de los fotómetros, infraestructuras autónomas y no invasivas. La instalación de estos sensores comenzó el pasado mes de julio en el municipio de Güímar (Tenerife), con la colaboración de su Ayuntamiento; y en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, La Palma) y alrededores de la Caldera de Taburiente, a través del proyecto La Palma Smart Island, promovido por el Cabildo. Durante el mes de agosto, una parte del equipo del proyecto se desplazó también a Gran Canaria para reunirse con el alcalde de Tejeda, el municipio que albergará el quinto laboratorio de contaminación lumínica, el tercero en Canarias.

Tecnología y colaboración canaria en red

La empresa canaria de I+D+i SIELTEC Canarias ha sido la encargada del diseño y la fabricación de los fotómetros SG-WAS (SkyGlow-Wireless Autonomous Sensor) partiendo del desarrollo alcanzado en los fotómetros TESS dentro del proyecto europeo Stars4All. Estas infraestructuras, que apenas miden 10 cm por cada lado, permitirán elaborar mapas de la oscuridad nocturna que abarcarán las áreas naturales protegidas por la red Natura 2000 en estas islas. Para dar señal y recibir los datos que emitan los fotómetros, el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) desarrollará otra pieza clave del proyecto: un controlador MiNiO (Meteo Nano Observatory) completamente autónomo, ideal para ofrecer cobertura en lugares de difícil acceso.

De la elaboración de los mapas de oscuridad nocturna se encargará un equipo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC). A través ellos se podrá explicar cómo se propaga el brillo de las luces en la atmósfera generando modelos de contaminación lumínica y permitirán evaluar su impacto en el grupo de aves más amenazado del mundo: las aves marinas.

El Grupo de Tecnología Médica y Audiovisual (GTMA) de la ULPGC acometerá el desarrollo de herramientas de visualización que permitan generar, entre otros, una serie de mapas de resplandor del cielo. A lo largo de los 3 años de duración del proyecto, los investigadores del GTMA desarrollarán y darán soporte a estos mapas, cuyo objetivo es ayudar a entender el impacto de la polución lumínica en nuestro entorno. 

La contaminación lumínica es una de las principales amenazas para las poblaciones de aves marinas en la Macaronesia. En particular, para los ejemplares más jóvenes de pardelas y paíños, explican desde la Sociedad Portuguesa para el Estudio de las Aves (SPEA), otro de los centros que también trabaja en EELabs para minimizar el impacto de la luz artificial nocturna en las áreas naturales protegidas de la Macaronesia. Cuando estas aves abandonan el nido, se desorientan y eso puede provocar que choquen contra infraestructuras, resulten atropelladas, se conviertan en las presas de perros y gatos e incluso perezcan por deshidratación. Por ello, desde SPEA, recuerdan que es esencial la adopción de un alumbrado público adecuado, que tenga en cuenta la eficiencia energética, pero también el impacto en la biodiversidad. Para cumplir con estos requisitos es sumamente importante evaluar el impacto natural a través de los laboratorios de polución lumínica y crear una legislación específica contra la contaminación lumínica que reduzca al mínimo esta amenaza.

La región de la Macaronesia cuenta con 62 zonas de especial protección para las aves, que cubren el 30% de su superficie terrestre. Es el mayor porcentaje de todas las regiones biogeográficas de la Unión Europea.

Los fotómetros del proyecto EElabs permitirán evaluar el impacto de la contaminación lumínica en la población adulta de aves marinas. Es decir, para comprender si este tipo de contaminación afecta a las pardelas cenicientas adultas (la pardela más abundante que anida en la Macaronesia) en el momento de la nidificación. Y, en particular, en la fase de alimentación de las crías, cuando hay visitas más regulares a las colonias. O lo que es lo mismo, se podrá medir si estas visitas están condicionadas por el alumbrado público, algo que aún no ha sido probado en las pardelas.

Directrices para la toma de decisiones

La redacción de normativas municipales es uno de los objetivos del proyecto EELabs, que podrá ofrecer directrices sobre la orientación de las luminarias (siempre apuntando hacia el suelo), sin cristal, para evitar la dispersión de la luz, y con temporizadores con menor intensidad en los períodos de salida de las aves. También se propondrá el uso de lámparas de color cálido, amarillo o ámbar preferentemente (<3.000K), la colocación de filtros e incluso el apagado de luces durante estos períodos sensibles para las aves en las zonas más críticas.

EELabs (eelabs.eu) es un proyecto financiado por el Programa INTERREG V-A MAC 2014-2020, cofinanciado por el FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) de la Unión Europea y en él trabajan 5 centros de la Macaronesia (IAC, ITER, UPGC, SPEA-Azores, SPEA-Madeira).