Científicos alemanes y españoles han observado por primera vez el volcán submarino de El Hierro, la isla más joven y más activa del Archipiélago con sus propios ojos.
Durante una expedición a bordo del buque alemán Poseidón, un equipo científico formado por investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), el Instituto Español de Oceanografía (IEO) y el GEOMAR Helmholtz Centre for Ocean Research Kiel, han utilizado el submarino tripulado JAGO para hacer observaciones y mediciones de primera mano.
Los científicos españoles han podido investigar el que podría ser el cráter más joven del volcán, que aún continúa expulsando fluidos hidrotermales en un área de 100 metros cuadrados, según se explica en una nota difundida por el centro investigador germano.
El Hierro es actualmente la isla de Canarias más activa. En los últimos 500 años no se había registrado una erupción submarina en las Islas, pero en octubre de 2011 un nuevo volcán entró en erupción bajo el mar, a dos kilómetros al sur de La Restinga. Las investigaciones comenzaron inmediatamente después pues la erupción podría suponer un riesgo para los habitantes de la isla.
Ahora, cuatro años después, los científicos han podido ver el volcán con sus propios ojos. Durante la expedición del Poseidón, denominada POS494/2 (del 7 al 15 de febrero) y liderada por el GEOMAR Helmholtz Centre for Ocean Research Kiel, los científicos han podido documentar la evolución de la erupción y ratificar que la actividad hidrotermal todavía continúa, han podido muestrear estos fluidos, y también otros materiales volcánicos gracias al submarino JAGO.
“El proyecto VULCANO ha permitido estudiar la erupción y desgasificación del volcán de El Hierro desde su erupción en 2011. Ahora, gracias a esta expedición, hemos tenido la oportunidad de observar la actividad hidrotermal de forma directa gracias a JAGO”, explica la profesora Magdalena Santana Casiano.
La oceanógrafa química del Instituto de Oceanografía y Cambio Global de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) ha estudiado las perturbaciones físico-químicas causadas por el volcán y las alteraciones que éstas han provocado en la actividad y composición de las comunidades del plancton.
Según Santana Casiano «nuestros resultados han demostrado que la fase de desgasificación del volcán ha convertido la zona en un laboratorio natural a escala de ecosistema para estudiar los efectos del cambio global en el medio marino”.
En 2014, las operaciones con el robot submarino no tripulado (ROV) Liropus 2000 del Instituto Español de Oceanografía (IEO) mostraron lo que parecían ser depósitos de óxidos de hierro, tapetes bacterianos y emanaciones de fluidos de baja temperatura cerca del cráter principal del volcán. Pero en 2015, la pluma de gas y las aguas más ácidas comenzaron a detectarse al sureste del cráter. Ahora, la zona más activa parece estar localizada en una joven depresión en uno de los flancos del volcán. Cristales volcánico frescos muestreados por el JAGO indican que esta estructura sería la más joven del volcán.
Durante su inmersión en el JAGO, Santana-Casiano y el doctor Eugenio Fraile, investigador titular del IEO, observaron la naturaleza exacta de este cráter secundario por primera vez. De acuerdo a estas observaciones, la superficie del cráter está compuesto de una ceniza muy reciente y escorias recubiertas por óxidos de hierro.
A través de la superficie, se emite agua a 39ºC en una zona de unos 100 metros cuadrados pero concentrada en pequeños focos de emisión que forman chimeneas de apenas cinco centímetros de diámetro. Alrededor de la zona de emisión se observa una fina capa de bacterias y el agua justo encima muestra un aspecto lechoso debido a las partículas de sílice.
“Desde que el volcán entró en esta fase de desgasificación hace tres años, hemos registrado numerosas anomalías físico-químicas en la columna de agua. El JAGO ha permitido corroborar nuestros hallazgos y nos ha ofrecido la oportunidad de poder ver los procesos que generan estas perturbaciones con nuestros propios ojos. Y todavía más importante: hemos podido tomar medidas directamente en el origen de la emisión”, explica Fraile-Nuez.
Muestras de agua, gas y roca están siendo ahora analizadas en los laboratorios de las diferentes instituciones implicadas en el proyecto. El cráter secundario investigado por el JAGO muestra las máximas anomalías físico-químicas por el momento. Los científicos de GEOMAR, IEO y ULPGC están cooperando para seguir conociendo un poco más sobre los procesos que están ocurriendo bajo el subsuelo marino.
“Los nuevos hallazgos muestran cómo desde que empezara la crisis de 2011, el volcán ha ido emitiendo agua caliente al tiempo que el magma se iba enfriando bajo el subsuelo”, concluye Mark Hannington, geólogo marino de GEOMAR e investigador principal de la expedición POS494/2. «Por lo tanto, es importante seguir con el estudio del volcán submarino de El Hierro, con el fin de evaluar el impacto de su actividad en el medio.»